El desarrollo de una aplicación móvil o plataforma digital puede ser una gran oportunidad de negocio, pero también conlleva grandes responsabilidades legales. Uno de los aspectos más olvidados —y al mismo tiempo más sancionados— es la protección de datos y la privacidad de los usuarios.
A continuación, repasamos los errores más frecuentes que cometen muchas empresas y desarrolladores cuando lanzan su app al mercado, y cómo evitarlos para garantizar el cumplimiento del RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) y la LOPDGDD.
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No informar correctamente a los usuarios
Una de las obligaciones básicas es ofrecer una política de privacidad clara, accesible y adaptada al funcionamiento real de la app.
Muchos desarrolladores copian textos genéricos o los omiten directamente, sin explicar qué datos se recogen, con qué finalidad o quién es el responsable del tratamiento.
Este error puede acarrear sanciones importantes y, además, generar desconfianza entre los usuarios, que deben saber qué ocurre con su información personal.
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Recoger más datos de los necesarios
El principio de minimización obliga a las empresas a recopilar solo los datos estrictamente necesarios.
Si tu aplicación solicita acceso a la ubicación, contactos, cámara o micrófono sin una justificación clara o sin consentimiento, estarás incurriendo en un tratamiento excesivo e ilegal de datos personales.
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No pedir el consentimiento adecuadamente
El consentimiento debe ser previo, libre, informado y verificable.
Casillas premarcadas, formularios sin opción de rechazo o avisos confusos no cumplen con la ley.
Además, si la app trata datos sensibles (como salud, voz o biometría), se requiere un consentimiento explícito, y no implícito o genérico.
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No proteger la información de forma segura
La seguridad técnica es clave: las apps deben implementar medidas adecuadas como cifrado, contraseñas seguras, copias de seguridad o accesos limitados.
El incumplimiento de estas medidas, o la falta de protocolos frente a brechas de seguridad, puede derivar en sanciones y pérdida de credibilidad.
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No regular las relaciones con terceros
Si tu app utiliza servicios externos (por ejemplo, hosting, analítica, pasarelas de pago o mailing), es imprescindible contar con contratos de encargado del tratamiento.
Estos contratos garantizan que los proveedores también cumplan con el RGPD y que los datos no se usen indebidamente fuera de tu control.
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No cumplir con la LSSICE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información)
Además del RGPD, las apps y plataformas deben cumplir con la LSSICE, que regula cuestiones como los avisos legales, las comunicaciones comerciales o las cookies y tecnologías de seguimiento.
Olvidarse de esta normativa es uno de los errores más comunes, especialmente en apps que integran publicidad o newsletters.
Cumplir con la normativa de privacidad no es opcional. Si tu aplicación recoge datos personales —aunque solo sea una dirección de correo o una geolocalización—, estás obligado a cumplir el RGPD y la LOPDGDD.
En PymeLegal ayudamos a empresas, startups y desarrolladores a adaptar sus aplicaciones, redactar políticas de privacidad personalizadas y asegurar un cumplimiento legal completo antes del lanzamiento. Tienes toda la información clicando aquí.
Porque la confianza del usuario empieza por la protección de sus datos.
– El equipo de PymeLegal